Di Maria quiere irse
Carlo Ancelotti va a tener que sacar a pasear su famosa mano izquierda para reconducir el caso de Ángel di María. Del italiano siempre se ha destacado su habilidad para ganarse a sus jugadores, incluso a los más descontentos, aunque también ha admitido que a veces es mejor no dar explicaciones. Puede que estemos ante un caso así, porque el argentino jugaría en cualquier equipo de primera línea en este momento, aunque tampoco ningún equipo cuenta con la famosa BBC, formada por Cristiano, Bale y Benzema, que le cierre el paso.
Pero Di María evidenció su enfado en la Copa. Primero por su actitud en el campo, después mientras era sustituido. Si las miradas matasen alguno en el banquillo estaría fulminado. No era su primer mensaje al club. Ya se señaló la camiseta tras marcar en Champions, en un gesto que iba dirigido al palco.
El argentino tenía decidido marcharse al Mónaco. Considera que no sólo influyen los méritos deportivos a la hora de jugar, no se siente igual de apoyado en el club que otros futbolistas y pensaba hacer las maletas. Sin embargo, ya sabe que el Madrid no va a dejarle marchar, así que su cabreo es ahora doble.
El Fideo fue quien decidió no moverse del club al principio de temporada. Esa es la principal coartada del Madrid para no escuchar ahora ofertas. Además, Ancelotti cuenta con él y así se lo han hecho ver en el club, pero el extremo ya no tiene la fe ciega de entonces. Sostiene que algunos acontecimientos demuestran que por mucho que haga no será titular.
Ancelotti vio el conflicto hace tiempo. Quizá por eso intentó buscar acomodo a Di María, primero por la derecha en el Camp Nou, y por detrás del punta en Vallecas. Con la ausencia de CR7 se ha visto quién es el jugador número 12, pero eso no le vale al argentino.
Di María sabe que el Mundial no corre peligro. Sabe que allí tiene más peso que en el Madrid y que para Sabella es pieza clave, pero Di María quiere tener la misma importancia en el Madrid. No sólo por llegar a tope a la Copa del Mundo. Es más una cuestión de orgullo y sigue dependiendo de él.
Pero Di María evidenció su enfado en la Copa. Primero por su actitud en el campo, después mientras era sustituido. Si las miradas matasen alguno en el banquillo estaría fulminado. No era su primer mensaje al club. Ya se señaló la camiseta tras marcar en Champions, en un gesto que iba dirigido al palco.
El argentino tenía decidido marcharse al Mónaco. Considera que no sólo influyen los méritos deportivos a la hora de jugar, no se siente igual de apoyado en el club que otros futbolistas y pensaba hacer las maletas. Sin embargo, ya sabe que el Madrid no va a dejarle marchar, así que su cabreo es ahora doble.
El Fideo fue quien decidió no moverse del club al principio de temporada. Esa es la principal coartada del Madrid para no escuchar ahora ofertas. Además, Ancelotti cuenta con él y así se lo han hecho ver en el club, pero el extremo ya no tiene la fe ciega de entonces. Sostiene que algunos acontecimientos demuestran que por mucho que haga no será titular.
Ancelotti vio el conflicto hace tiempo. Quizá por eso intentó buscar acomodo a Di María, primero por la derecha en el Camp Nou, y por detrás del punta en Vallecas. Con la ausencia de CR7 se ha visto quién es el jugador número 12, pero eso no le vale al argentino.
Di María sabe que el Mundial no corre peligro. Sabe que allí tiene más peso que en el Madrid y que para Sabella es pieza clave, pero Di María quiere tener la misma importancia en el Madrid. No sólo por llegar a tope a la Copa del Mundo. Es más una cuestión de orgullo y sigue dependiendo de él.
